domingo, 24 de agosto de 2014

ALMUERZO DE CAMARADERÍA

     Por distintos motivos me había alejado de esta página. El principal, ahora que lo pienso fue la falta de tiempo, aunque para ser franco, fue el accidente que me mantuvo alejado de las pistas por también un largo rato.
     Hace alrededor de mes y medio atrás recibí un correo para asistir al evento.; hubo que mover algunos hilos para poder asistir. Como lo expuse en el cuadernillo que me pasaron para llenar, para mi era una oportunidad para volver a reencontrarme en el ambiente en que me había formado y que hacía bastante no visitaba. Aunque, para ser franco lo había hecho en una ocasión de noche, para una Kermesse, a la que llegamos luego de de uno de aquellos encuentros con mis compañeros de curso de la promoción de 1980, Luego de la cena en "La Forccetta". Por cierto en aquella ocasión, poco o nada pude ver de noche. 

     Hoy era distinto, para empezar el encuentro se ofrecía en el colegio y era al medio día. Por cierto, al igual que cuando estudiaba, era de los primeros del curso en llegar al establecimiento, pues era uno de los que vivía más distante, ahora homologue aquellos tiempos y llegué casi 2 horas antes, con las consabidas ventajas que ello otorga. Pude recorrer el colegio a mi antojo y obtener las imágenes que ahora presento. Además, tuve la oportunidad de interactuar con profesores, hermanos y la rectora del colegio, a la que obviamente no conocía.

     Aun recuerdo a mi padre cuando me contó del colegio al que asistiría el siguiente año (me remonto al lejano 1972), y que cambiaría dramáticamente mi visión de la educación, pues pasaba de la escuela rural de Lo Cañas, en la que también trabajaba mi madre como profesora, al verdadero portento que ya era el IMLP. De alguna forma, en esta visita al colegio, yo también rendía un sentido homenaje a mi padre, recientemente fallecido.
"Agora", una exquisitez arquitectónica del IMLP

     El encuentro con mis compañeros era también una oportunidad para verlos a ellos y agradecer como se portaron conmigo, en aquellos días de gran pesar que padecí en el año recién pasado, tanto con sus visitas al hospital Mutual en mi recuperación de mi accidente como luego, al enterarse de lo que aconteció con mi familia, Hoy los siento sinceramente más amigos que antes.
     Ya cercana la hora indicada (13 00), fuimos convocados a esperar en el "agora". Uno a uno fueron llegando compañeros de distintas promociones, algunas tan distantes como la de 1970, y otras más lejanas aún como 1963, cuyo relator tan sólo contaba con un año de vida.
Los que llegaron a la hora, más temprano que tarde. Pato Guerra, Pancho Morales, Alfredo Erenchun y Jorge Guzmán.

     Ya lo que luego ocurre es cuento conocido por más gente, los encuentro con los antiguos profesores, las palabras y saludos a don José Pascual, Don José Lara, Don Alvaro La Petra, y el recordado Juan Rondón, hoy con cargo directivo, sin olvidar a Don Carlos Salazar, el Prof. de Educación Física. La pulcritud de la organización del evento, la excelencia de los prestadores de servicio, el almuerzo e incluso, los discursos de buena crianza de algunos.

Los que se sumaron luego, Justo Pastor Silva, Victor Valdeavellano y un nuevo viejo integrante al selecto grupo, Claudio Godoy Tambley.



     El remate lo hicimos luego, ya bastante avanzada la tarde, con una lluvia que la tiraban con balde y con temblor grado 6,4 Richter en el Club Gran Avenida, ... que mejor
Don José Pascual Pérez, El destacado ex Rector, y querido profesor de matemáticas, en unas palabras para la audiencia.


     En mis oídos resuenan aún los sones de Vangelis y las rememoranzas de las Películas Carros de Fuego y La conquista del Paraíso, sincronismo jungiano, un mensaje de mi padre, o de mi hijo, que hace tiempo no veo Nadie sabe. Lo que sí se es que me volvieron las ganas de escribir y eso sí es bueno, es muy bueno.